A
la vista de los últimos informes de Intervención queda en evidencia que los
pagos que el Ayuntamiento realiza se están retrasando notablemente. Esta afirmación no es un capricho, basta con repasar la Ley contra la Morosidad que se
encuentra en vigor desde el 7 de julio de 2010. Dicha normativa
establecía un plazo máximo de pago de las Administraciones Públicas
a sus proveedores de 50 días en 2011, de 40 en el año actual y de
30 a partir de 2013. En el Ayuntamiento de Valladolid el periodo
medio de pago es de 99 días y el del pendiente de pago de 67: por
tanto, no se actúa conforme a la ley.
jueves, 27 de septiembre de 2012
martes, 18 de septiembre de 2012
La permanente caída del guindo
Precisamente esta semana en la que Manuel Saravia no se encuentra en la ciudad. Este momento es el que ha elegido el alcalde, Javier León de la Riva, para ponerle a caldo sin que se sepa muy bien por qué y sin que tenga oportunidad de defenderse. No parece de muy buena educación, la verdad.
El rapapolvo vino a cuento del debate sobre la tasa de basuras que el equipo de gobierno va a recuperar, pero podía haber sido con cualquier otra excusa, porque los reproches (“parece que se ha caído de un guindo”, “ha aterrizado en el Ayuntamiento sin saber de qué va el tema”) los llevamos oyendo los tres miembros del Grupo de IU desde que tomamos posesión. Un día porque Manuel Saravia asistía a sus ruedas de prensa ya que informaba antes allí que por los cauces oficiales. Otro, porque presentábamos más mociones de las que parecían razonables o porque hacíamos un “gobierno paralelo” al reunirnos con colectivos sociales para plantear un modelo alternativo de urbanismo. Al principio nos lo decían con condescendencia, calificando de novatadas nuestras iniciativas y formas de actuar. Ahora ya con desprecio y cabreo, porque lo que late en el fondo es el enfado por pisar en lo que se considera un coto privado.
Le enfada a Javier León que Manuel Saravia y quienes le acompañamos saquemos los pies fuera del tiesto y nos espeta que “para mandar hay que ganar las elecciones”. Pero no; para mandar, basta con ser muy mandón. Dice la RAE en su primera acepción que mandar es “ordenar al súbdito” y eso es algo que Manuel Saravia seguramente no sabrá hacer ni aunque gane las próximas elecciones. Manolo no manda: propone, escucha y cae bien incluso entre las filas del alcalde. Y, efectivamente, parece venido de otro planeta en una arena política en la que a menudo reina la impostura, la falsedad y el ordeno y mando.
El rapapolvo vino a cuento del debate sobre la tasa de basuras que el equipo de gobierno va a recuperar, pero podía haber sido con cualquier otra excusa, porque los reproches (“parece que se ha caído de un guindo”, “ha aterrizado en el Ayuntamiento sin saber de qué va el tema”) los llevamos oyendo los tres miembros del Grupo de IU desde que tomamos posesión. Un día porque Manuel Saravia asistía a sus ruedas de prensa ya que informaba antes allí que por los cauces oficiales. Otro, porque presentábamos más mociones de las que parecían razonables o porque hacíamos un “gobierno paralelo” al reunirnos con colectivos sociales para plantear un modelo alternativo de urbanismo. Al principio nos lo decían con condescendencia, calificando de novatadas nuestras iniciativas y formas de actuar. Ahora ya con desprecio y cabreo, porque lo que late en el fondo es el enfado por pisar en lo que se considera un coto privado.
Le enfada a Javier León que Manuel Saravia y quienes le acompañamos saquemos los pies fuera del tiesto y nos espeta que “para mandar hay que ganar las elecciones”. Pero no; para mandar, basta con ser muy mandón. Dice la RAE en su primera acepción que mandar es “ordenar al súbdito” y eso es algo que Manuel Saravia seguramente no sabrá hacer ni aunque gane las próximas elecciones. Manolo no manda: propone, escucha y cae bien incluso entre las filas del alcalde. Y, efectivamente, parece venido de otro planeta en una arena política en la que a menudo reina la impostura, la falsedad y el ordeno y mando.
viernes, 14 de septiembre de 2012
Mañana a Madrid: podrán quitarnos nuestros derechos, pero no la dignidad
Las mismas razones que expliqué aquí, hacen que mañana asista a las movilizaciones convocadas en Madrid.
Nos vemos en las calles.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
La nota discordante
Cuando una orquesta suena al unísono, a quienes no tenemos formación musical nos cuesta diferenciar el sonido de cada instrumento, lo escuchamos como un todo. Sin embargo, en el momento en el que alguien pierde la nota, o un instrumento no está afinado como el resto, parece sonar por encima de los demás y echa a perder el conjunto. Eso es lo que ha pasado con la Escuela de Música municipal: llevaba 15 años sonando al compás y, sin que nadie se lo pidiera, el equipo de gobierno se ha puesto a tocar otra partitura. Se demostró en el pleno de ayer. Muchas veces, cuando llevamos iniciativas al pleno,
expreso mi convencimiento de que por fin podremos alcanzar un
consenso sobre la propuesta en cuestión, a pesar de que el resultado
final siempre es una negativa. Y en este caso no hubo excepción.
viernes, 7 de septiembre de 2012
Violines, pupitres y dimisiones
El
pasado mes de abril el Equipo de Gobierno decidió, de forma
unilateral y sin aducir ningún motivo, modificar el reglamento de la
Escuela Municipal de Música. Dicha Escuela mantiene su actividad
desde enero de 1995 y contaba en el curso 2011-2012 con 620 personas
matriculadas. El alumnado, el profesorado, los grupos de la oposición
y la mayoría de la opinión pública hemos entendido que la reforma
propuesta suponía, de hecho, transformar un centro educativo reglado
en un taller sociocultural.
lunes, 3 de septiembre de 2012
Nuevo curso: estreno blog
Pues sí, estoy de estreno. Con esta entrada os presento mi blog. Siempre he tenido cierto reparo a la hora de lanzarme a la piscina en estos lares, porque si bien las redes sociales como Facebook o Twitter permiten estar en contacto con mucha gente y compartir ideas, un blog requiere una reflexión pausada. Una reflexión pausada que creo que ahora puede resultar de cierto interés a algunas personas por el momento en el que me encuentro, por ser cargo público en el Ayuntamiento de Valladolid.
Como comento en el apartado "Sobre mí", creo que la participación y la transparencia son dos pilares fundamentales para la transformación social y política. Y también considero que un blog puede constituir, a pequeña escala, una herramienta de ambas premisas.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)