Sí, hemos oído muchas veces que este 8 de marzo no hay nada que celebrar. Yo prefiero darle la vuelta: este 8 de marzo y todos los días, hay mucho que batallar. A continuación dejo la intervención que realicé en el pleno del pasado martes relativa a la nueva amenaza que nos encontramos encima de la mesa: la reforma de la Ley de Bases del Régimen Local que pretende, según ha anunciado el gobierno central, retirar una serie de competencias básicas que hasta ahora son municipales para que las asuman administraciones superiores. Entre ellas están las relativas a igualdad y violencia de género. Aquí podéis ver el vídeo del pleno, la moción se debate, aproximadamente, en el minuto 40.
El Ayuntamiento de
Valladolid, como tantos otros, lleva décadas realizando un trabajo
municipal importante en materia de igualdad entre hombres y mujeres.
En muchas ocasiones, desde nuestro grupo se ha criticado que el
esfuerzo era insuficiente o ha hecho propuestas para que ganara en
intensidad e importancia o cambiara su orientación. Pero, más allá
de ello, hay un bagaje, un trabajo colectivo que creo que merece la
pena reivindicar hoy. Porque, al parecer, según el gobierno, ese es
un trabajo que no deberíamos haber llevado a cabo. Nos dicen que es
algo que no nos tocaba hacer a los ayuntamientos y que, además, ha
contribuido a un supuesto despilfarro del dinero público.
Quiero
utilizar mi primera intervención para reivindicar estos años de
trabajo por la Igualdad en el Ayuntamiento de Valladolid. Porque en
los sucesivos Planes de Igualdad hemos avanzado, por ejemplo, en el
análisis y el discurso que hace referencia al origen de las
diferencias sociales, económicas y culturales entre hombres y
mujeres. Puede parecer anecdótico, pero yo creo que es muy
importante que en documentos del Ayuntamiento de Valladolid se hable
hoy de conceptos como
género, empoderamiento o androcentrismo. Conceptos de los que aún
no hablábamos hace 20 años, en los primeros planes, a pesar de
encontrarse muy consolidados en los propios debates a escala
internacional en el seno de las Naciones Unidas. O, más claro aún,
resulta fundamental que conceptos como “violencia doméstica”
queden atrás, al ser asumido por consenso que hablamos de un
problema que no se limita al ámbito privado.
Hemos
avanzado también, aunque sea de manera muy insuficiente, en
transversalidad. Aunque habría que analizar con detalle su
ejecución, los últimos planes de igualdad han buscado una
implicación del conjunto del Ayuntamiento. Es cierto que es una
implicación que “ha dependido en última instancia del interés,
sensibilidad y formación del personal técnico a cargo de la
coordinación”. No lo digo yo, lo dice el informe de evaluación
del III Plan. Pero aún así, ha habido avances, y aunque aún casi
la mitad de las acciones programadas se corresponden con el Área de
Bienestar Social, vamos asumiendo que no es algo que solo le
concierna a ella.
Y,
desde luego, hemos avanzado hacia planes que fijan compromisos más
claros en cuanto a tiempos y recursos comprometidos, con cronogramas,
con un mayor nivel de rigurosidad y compromiso.
Contamos
hoy con un Consejo de la Mujer, con pisos de acogida para víctima de
violencia de género, con escuela infantiles de 0 a 3 años que
permiten conciliar vida laboral y personal, con talleres en los
colegios para sensibilizar y prevenir comportamientos machistas...
Podríamos
sacar a relucir también insuficiencias y errores, que los hay, desde
luego. Pero lo que hoy quiero destacar es que ha habido un trabajo,
han existido aportaciones de organizaciones de mujeres que se han
hecho realidad y se ha reforzado el compromiso institucional. La
moción que hoy traemos aquí pretende afirmar que ese trabajo hecho
es un trabajo bueno y necesario, y que el Ayuntamiento de Valladolid
debe seguir realizándolo.
Sin
embargo, el anteproyecto de ley solo permitirá que lo hagamos si la
Junta nos delega y tutela el ejercicio de esa competencia. Otros
municipios menores, ni eso. Y es
que, con la supresión del art. 28 de la Ley de Bases del Régimen
Local, los ayuntamientos quedarán, en el mejor de los casos,
encorsetados en la prestación de ayudas de emergencia o paliativas,
pero en absoluto podrán trabajar en materia de prevención.
No
hablamos de una competencia cualquiera. La igualdad no es un
compartimento estanco, sino un principio que debe impregnar toda la
acción municipal, ya sea en la política social, en el urbanismo, en
la movilidad o en la cultura. Y creo que por ello debemos defenderla
con uñas y dientes desde los ayuntamientos. Después tendremos
ocasión de debatir sobre la Ley en su conjunto y podemos discutir
sobre qué competencias debe asumir cada administración. Pero en el
caso de las políticas de igualdad no hay duda, no cabe el debate:
todas y cada una de las administraciones deben tener la igualdad
entre sus tareas inexcusables, porque es una competencia transversal.
Espero
que esta moción obtenga su respaldo, porque lo contrario sería
afirmar que todo lo que hemos estado haciendo era algo prescindible y
que no deberíamos haber hecho. Y no creo que valoren ustedes tan
poco una labor en la que también han participado.
El
Ayuntamiento de Valladolid es uno de los firmantes de la Carta europea para la igualdad de mujeres y hombres en la vida local.
Y, como dice nuestro IV Plan de Igualdad, ello le compromete “a
adoptar su plan de acción para la igualdad y a tener en cuenta todos
los aspectos abordados por la misma”. El quinto principio de dicha
Carta afirma que “integrar la
dimensión del género en todas las actividades de las entidades
locales y regionales es necesario para que avance la igualdad de las
mujeres y de los hombres”.
Es
decir, que más allá de lo que diga la ley sobre la distribución
competencial, tenemos un compromiso adquirido en materia de igualdad.
Por ello se plantean los puntos 3 a 5 de nuestra moción, porque hay
que seguir avanzando en este terreno.
Ese
mismo quinto principio, afirma que “la dimensión del género ha de
ser tenida en cuenta en la elaboración de las políticas, de los métodos
y de los instrumentos que afectan la vida cotidiana de la población
local - por ejemplo, por
medio de técnicas de integración del género en todas las
políticas”. Eso es, precisamente, lo que pretende potenciar el
tercer punto de nuestra moción. De acuerdo con nuestro Plan de
Igualdad, esta tarea recae en los Directores y Directoras de Área y
personal técnico que designen, pero los resultados, a día de hoy,
son manifiestamente mejorables. Pondré un ejemplo: se lleva meses
trabajando en algo de tanta importancia como la revisión del Plan
General de Ordenación Urbana. A día de hoy yo no tengo conocimiento
de que haya informe o evaluación alguna sobre la inclusión de la
perspectiva de género en los trabajos que se están realizando. Y,
sin embargo, en el artículo 25 de la Carta Europea que se refiere a
la planificación urbanística se afirma que “las propuestas y
decisiones de largo alcance en la política local serán adoptadas
teniendo en cuenta las necesidades de mujeres y de hombres”.
Hace
falta potenciar esta tarea y por eso proponemos la creación de
Unidades de Género en cada una de las áreas, como ya existen en
otras administraciones, que incentiven la formación, realicen
asesoramiento especializado, informen sobre buenas prácticas o
promuevan el intercambio de experiencias sobre la Integración de la
Perspectiva de Género.
Entre
otras cosas, ayudarían a llevar a cabo el cuarto punto de la moción,
evaluar el impacto de género de los presupuestos municipales, área
por área. Y, de nuevo, no es una ocurrencia de Izquierda Unida, sino
un mandato de la Carta Europea que este Ayuntamiento se ha
comprometido a cumplir. El quinto principio dice que debe tomarse en
consideración el género en la elaboración y el análisis de los
presupuestos.
Y
el artículo 9.3 desarrolla que los análisis de género deben
revisar todas las políticas en uso para ver si existen
discriminaciones, si fomentan estereotipos y si tienen en cuenta las
necesidades específicas de mujeres y hombres. Deben revisarse la
concesión de recursos, financieros o de otro tipo y analizar su
impacto.
Confío,
por tanto, en que desde las Áreas se trabaje para que los
presupuestos de 2014 integren esta perspectiva explícitamente.
Porque la Carta Europea, y por tanto nuestro Ayuntamiento como
firmante, afirma que “hombres y mujeres tienen en la práctica
necesidades y hábitos diferentes en cuestiones de desplazamiento y
de transportes”.
Así que necesitamos movilidad con perspectiva de género. Pero lo
mismo se afirma con respecto al paro y la pobreza femenina, en
relación con la seguridad, con la cultura y el deporte, la vivienda,
la exclusión social, los cuidados a otras personas, etc. Es decir,
necesitamos perspectiva de género en los presupuestos de todas las
Áreas.
Lo
que queremos afirmar, en resumen, es que nuestras obligaciones con la
igualdad no se encuentran en suspenso porque al Gobierno se le haya
ocurrido poner en entredicho nuestra competencia en la materia. Hay
muchas cosas que podemos hacer y que debemos hacer y confiamos en que
no rehuyan ustedes esta responsabilidad.
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