Esta mañana, entre otras cuestiones, hemos debatido en el Pleno municipal sobre el proyecto Entrevecinos. El PP, de nuevo, con su mayoría absoluta ha echado por tierra una propuesta que no venía de sus filas...
El
proyecto Entrevecinos nació hace 10 años en la ciudad de Barcelona y fue en mayo de 2011 cuando la Federación de Asociaciones Vecinales
Antonio Machado lo puso en marcha en Valladolid en la sede de la
asociación vecinal la Unión, de Barrio España.
Se
trata de un programa de intervención y acción social que abarca
distintos ámbitos: inserción laboral a vecinos y vecinas con
dificultades laborales; asesoría jurídico legal vecinal, actuación
en materia de vivienda por desahucios o imposibilidad de abono de
las hipotecas, integración multicultural, programas de voluntariado
y fomento de la economía social.
De
la labor que se viene desempeñando durante estos dos años de
trabajo desinteresado y solidario podríamos destacar dos pilares
fundamentales:
1)
En primer lugar la orientación laboral a las personas que acuden a
la oficina. Esta orientación es personalizada y se basa en las
diferentes necesidades de las personas que acuden al proyecto. En
muchos de esos casos comienza por aspectos muy básicos como utilizar
herramientas de internet o realizar un currículum.
2)
El otro pilar a destacar se sostiene sobre la base de las
dificultades que están atravesando muchas familias vallisoletanas
para acceder a productos de primera necesidad. Necesitan precios
mucho más económicos que los que fija el mercado y por eso este
proyecto resulta tan valioso. Estos bienes no se entregan sin más
sino que en función de la situación laboral y familiar y de su
participación en el programa de inserción para el empleo se les
entrega una moneda ficticia denominada “vecino” y con la cual
pueden adquirir esos productos básicos de higiene y alimentación.
Desde
la Federación de Asociaciones Vecinales también se ha venido
colaborando con organizaciones e instituciones consolidadas en este
ámbito como son Cruz Roja y Red Íncola, entre otras y también con
recursos públicos municipales como son los CEAS. Esta relación se
ha iniciado con un doble objetivo. En primer lugar para conocer la
realidad en su conjunto y no solo de la población que acude al
Proyecto Entrevecinos, y en segundo lugar para no duplicar recursos
ya que una buena coordinación es imprescindible en el ámbito
social. Esta última cuestión es esencial, porque en este tiempo se
han derivado casos de unas entidades a otras en función de la
especialidad y las necesidades del caso concreto, demostrándose así
que Entrevecinos es un proyecto singular y necesario en los tiempos
que corren.
Todas
estas acciones se han venido desarrollando sin más apoyo
institucional que la asignación tributaria del IRPF en el año 2011,
al margen de instituciones como la Junta de Castilla y León y el
Ayuntamiento de Valladolid. Hay que apuntar también que cuando se
inició el proyecto, La Federación lo presentó al equipo de
gobierno del Ayuntamiento por lo que conocen perfectamente en qué
consiste y las carencias que tiene. Al carecer de ese apoyo
institucional ha sido sostenido íntegramente por la solidaridad de
los vecinos y vecinas de Valladolid. Y evidentemente estos recursos
son necesarios pero no suficientes para mantener con vida un proyecto
de estas características. Entrevecinos corre peligro si no se consiguen recursos
económicos, por un lado para mantener el asesoramiento especializado
por parte de la persona que trabaja en el proyecto, pero también
para darle un impulso y que pueda ser conocido en todos los barrios
de la ciudad. ¿Qué menos que apoyar desde el Ayuntamiento un
proyecto de ciudad como este?
La
propuesta que hemos debatido en el pleno consiste en que el Ayuntamiento firme
un Convenio con la Federación Vecinal “Antonio Machado” (por
cierto, como se tienen desde el Ayuntamiento con otras entidades
ciudadanas) para el mantenimiento y promoción del proyecto de
intervención y acción social “Entrevecinos”. Y la verdad es que
pensábamos que desde el Partido Popular se iba a acceder a firmar
esta propuesta y así haber llegado a un acuerdo institucional
consensuado; pero no ha podido ser.
La singularidad del Proyecto Entrevecinos se puede demostrar con tres sencillas premisas:
-
Se trata de un proyecto que para el beneficio social que aporta se
sostiene con muy pocos medios y esto que siempre es un valor lo es
más en estos tiempos.
-
Ha atendido a más de 100 familias de diferentes zonas de la ciudad:
Barrio España, Paseo Zorrilla, Barrio Belén, Delicias, Pajarillos,
entre otros.
-
Y finalmente se trata de un Proyecto que poner por delante la
solidaridad y la dignidad de las personas frente a la caridad.
La verdad es que no entendemos cómo no se puede apoyar esta
iniciativa. Hay otras ciudades como
Barcelona, Santander o Zaragoza en las que funciona el proyecto y las
instituciones aportan su granito de arena. ¿Por qué tenemos que ser
siempre la excepción?
¿Tanto
les cuesta dar un impulso desde lo público a un proyecto social
necesario? Este proyecto se sostiene simplemente con el local de una
asociación vecinal, con una trabajadora diplomada en educación
social para prestar asesoramiento a las personas que acuden, con
productos de primera necesidad y con personal voluntario.
Es increíble que se atrevan a rechazar firmar un convenio de colaboración
para beneficiar a la gente que peor lo está pasando y que podría
suponer unos 12.000 euros al año, mientras siguen consolidando
convenios de colaboración con otras entidades para, por ejemplo,
instalar un ascensor en la catedral por un importe mayor a los
600.000 euros. Su
realidad, desde luego, es la del mundo al revés.
Debate del pleno aquí. Minuto: 1:58.
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