martes, 9 de abril de 2013

Entrevecinos: dignidad vs caridad



Esta mañana, entre otras cuestiones, hemos debatido en el Pleno municipal sobre el proyecto Entrevecinos. El PP, de nuevo, con su mayoría absoluta ha echado por tierra una propuesta que no venía de sus filas...

El proyecto Entrevecinos nació hace 10 años en la ciudad de Barcelona y fue en mayo de 2011 cuando la Federación de Asociaciones Vecinales Antonio Machado lo puso en marcha en Valladolid en la sede de la asociación vecinal la Unión, de Barrio España.

Se trata de un programa de intervención y acción social que abarca distintos ámbitos: inserción laboral a vecinos y vecinas con dificultades laborales; asesoría jurídico legal vecinal, actuación en materia de vivienda por desahucios o imposibilidad de abono de las hipotecas, integración multicultural, programas de voluntariado y fomento de la economía social.

De la labor que se viene desempeñando durante estos dos años de trabajo desinteresado y solidario podríamos destacar dos pilares fundamentales:

1) En primer lugar la orientación laboral a las personas que acuden a la oficina. Esta orientación es personalizada y se basa en las diferentes necesidades de las personas que acuden al proyecto. En muchos de esos casos comienza por aspectos muy básicos como utilizar herramientas de internet o realizar un currículum.

2) El otro pilar a destacar se sostiene sobre la base de las dificultades que están atravesando muchas familias vallisoletanas para acceder a productos de primera necesidad. Necesitan precios mucho más económicos que los que fija el mercado y por eso este proyecto resulta tan valioso. Estos bienes no se entregan sin más sino que en función de la situación laboral y familiar y de su participación en el programa de inserción para el empleo se les entrega una moneda ficticia denominada “vecino” y con la cual pueden adquirir esos productos básicos de higiene y alimentación.

Desde la Federación de Asociaciones Vecinales también se ha venido colaborando con organizaciones e instituciones consolidadas en este ámbito como son Cruz Roja y Red Íncola, entre otras y también con recursos públicos municipales como son los CEAS. Esta relación se ha iniciado con un doble objetivo. En primer lugar para conocer la realidad en su conjunto y no solo de la población que acude al Proyecto Entrevecinos, y en segundo lugar para no duplicar recursos ya que una buena coordinación es imprescindible en el ámbito social. Esta última cuestión es esencial, porque en este tiempo se han derivado casos de unas entidades a otras en función de la especialidad y las necesidades del caso concreto, demostrándose así que Entrevecinos es un proyecto singular y necesario en los tiempos que corren.

Todas estas acciones se han venido desarrollando sin más apoyo institucional que la asignación tributaria del IRPF en el año 2011, al margen de instituciones como la Junta de Castilla y León y el Ayuntamiento de Valladolid. Hay que apuntar también que cuando se inició el proyecto, La Federación lo presentó al equipo de gobierno del Ayuntamiento por lo que conocen perfectamente en qué consiste y las carencias que tiene. Al carecer de ese apoyo institucional ha sido sostenido íntegramente por la solidaridad de los vecinos y vecinas de Valladolid. Y evidentemente estos recursos son necesarios pero no suficientes para mantener con vida un proyecto de estas características. Entrevecinos corre peligro si no se consiguen recursos económicos, por un lado para mantener el asesoramiento especializado por parte de la persona que trabaja en el proyecto, pero también para darle un impulso y que pueda ser conocido en todos los barrios de la ciudad. ¿Qué menos que apoyar desde el Ayuntamiento un proyecto de ciudad como este?

La propuesta que hemos debatido en el pleno consiste en que el Ayuntamiento firme un Convenio con la Federación Vecinal “Antonio Machado” (por cierto, como se tienen desde el Ayuntamiento con otras entidades ciudadanas) para el mantenimiento y promoción del proyecto de intervención y acción social “Entrevecinos”. Y la verdad es que pensábamos que desde el Partido Popular se iba a acceder a firmar esta propuesta y así haber llegado a un acuerdo institucional consensuado; pero no ha podido ser. 

La singularidad del Proyecto Entrevecinos se puede demostrar con tres sencillas premisas:


- Se trata de un proyecto que para el beneficio social que aporta se sostiene con muy pocos medios y esto que siempre es un valor lo es más en estos tiempos.

- Ha atendido a más de 100 familias de diferentes zonas de la ciudad: Barrio España, Paseo Zorrilla, Barrio Belén, Delicias, Pajarillos, entre otros.

- Y finalmente se trata de un Proyecto que poner por delante la solidaridad y la dignidad de las personas frente a la caridad.

La verdad es que no entendemos cómo no se puede apoyar esta iniciativa. Hay otras ciudades como Barcelona, Santander o Zaragoza en las que funciona el proyecto y las instituciones aportan su granito de arena. ¿Por qué tenemos que ser siempre la excepción?


¿Tanto les cuesta dar un impulso desde lo público a un proyecto social necesario? Este proyecto se sostiene simplemente con el local de una asociación vecinal, con una trabajadora diplomada en educación social para prestar asesoramiento a las personas que acuden, con productos de primera necesidad y con personal voluntario.


Es increíble que se atrevan a rechazar firmar un convenio de colaboración para beneficiar a la gente que peor lo está pasando y que podría suponer unos 12.000 euros al año, mientras siguen consolidando convenios de colaboración con otras entidades para, por ejemplo, instalar un ascensor en la catedral por un importe mayor a los 600.000 euros. Su realidad, desde luego, es la del mundo al revés.

Debate del pleno aquí. Minuto: 1:58.

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