viernes, 5 de abril de 2013

La participación vista como amenaza

Recientemente el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valladolid se ha decidido a reformar los Reglamentos que rigen el funcionamiento de los Consejos Municipales donde participan asociaciones y colectivos de la ciudad. ¿Para ajustarlos a los nuevos tiempos en los que la calle reclama más participación? No, para todo lo contrario.

Desde nuestro grupo municipal hemos mantenido reuniones con diversas asociaciones y colectivos para conocer su posición ante la reforma, y se comentaron diversos aspectos que, según la mayoría, debían modificarse. Unos comunes a todos los nuevos textos y otros específicos. Entre los primeros, una propuesta repetida es que pueda constituirse en cada consejo una asamblea abierta, al menos una vez al año, formada por representantes de todas las asociaciones, federaciones o colectivos de ámbito municipal, en la que se puedan debatir todos aquellos temas de su competencia y recogerse orientaciones para su propio trabajo. Pero la propuesta de modificación de estos textos va en sentido contrario: los cambios en la composición de los consejos se dirigen a reducir la representación de las asociaciones y aumentar el peso del equipo de gobierno.
Teóricamente el objetivo de los Consejos Municipales es favorecer la participación, por eso es imprescindible abrir la posibilidad de que personas que no forman parte del equipo de gobierno puedan asumir la responsabilidad de coordinar o presidir el Consejo, incluir puntos del orden del día, u otras acciones, ahora reservadas al equipo de gobierno de turno. Hemos propuesto aumentar la representación de los colectivos presentes en estos órganos y esto no es algo extraño, ya que hay ciudades grandes como Barcelona cuyos consejos superan las 100 personas y las hay más pequeñas que Valladolid como Rivas VaciaMadrid cuyos consejos también rondan esos números. También les hemos instado a que aceptasen la representación de las dos federaciones de asociaciones vecinales y no solamente de una. 

 Es importante tener en cuenta que las asociaciones que asisten a los consejos lo hacen de manera altruista y que ya es bastante complicado tener que acudir en horario de mañana como para que ahora reduzcan el plazo de convocatoria de las reuniones. Cada día se lo ponen más difícil, desde luego... Qué menos también que tener como mínimo 4 reuniones al año, y que los acuerdos del Consejo sean trasladados a los servicios municipales correspondientes a efectos de la tramitación, en su caso, del oportuno expediente, haciendo constar el sentido de voto de las personas participantes.

Tienen miedo a la participación, cuando la participación no hace más que enriquecer las políticas municipales. Hay que cuidarla, ya que la participación no se demanda de un día para otro, se cultiva, se riega y debe mantenerse. Para que la participación se dé hay que saber tener en cuenta, dialogar y aceptar las diferencias y mientras sus actuaciones vayan en sentido opuesto solamente retrocederemos. Para que la participación sea real debe ser en primer lugar útil, debe servir para algo, debe ser tenida en cuenta. Mientras no entiendan estas premisas tan sencillas la mayoría de las decisiones del equipo de gobierno no serán sentidas por los ciudadanos y ciudadanas.



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