Recientemente el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Valladolid se ha decidido a reformar los Reglamentos que rigen el funcionamiento de los Consejos Municipales donde participan asociaciones y colectivos de la ciudad. ¿Para ajustarlos a los nuevos tiempos en los que la calle reclama más participación? No, para todo lo contrario.
Desde nuestro grupo municipal hemos mantenido reuniones con diversas asociaciones y
colectivos para conocer su posición ante la reforma, y se comentaron
diversos aspectos que, según la mayoría, debían modificarse. Unos
comunes a todos los nuevos textos y otros específicos. Entre los
primeros, una propuesta repetida es que pueda
constituirse en cada consejo una asamblea abierta, al menos una vez
al año, formada por representantes de todas las asociaciones,
federaciones o colectivos de ámbito municipal, en la que se puedan
debatir todos aquellos temas de su competencia y
recogerse orientaciones para su propio trabajo. Pero la propuesta de
modificación de estos textos va en sentido contrario: los cambios en
la composición de los consejos se dirigen a reducir la
representación de las asociaciones y aumentar el peso del equipo de
gobierno.
Teóricamente el objetivo de los
Consejos Municipales es favorecer la participación, por eso es
imprescindible abrir la posibilidad de que personas que no forman
parte del equipo de gobierno puedan asumir la responsabilidad de coordinar o presidir el Consejo, incluir puntos del orden del día, u otras acciones, ahora reservadas al equipo de gobierno de turno. Hemos propuesto aumentar la representación de los colectivos presentes en estos órganos y esto no es algo
extraño, ya que hay ciudades grandes como Barcelona cuyos consejos superan
las 100 personas y las hay más pequeñas que Valladolid como Rivas
VaciaMadrid cuyos consejos también rondan esos números.
También les hemos instado a que aceptasen la representación de las
dos federaciones de asociaciones vecinales y no solamente de una.
Es importante tener en cuenta que las asociaciones que
asisten a los consejos lo hacen de manera altruista y que ya es
bastante complicado tener que acudir en horario de mañana como para
que ahora reduzcan el plazo de convocatoria de las reuniones. Cada
día se lo ponen más difícil, desde luego... Qué menos también que
tener como mínimo 4 reuniones al año, y que los acuerdos del
Consejo sean trasladados a los servicios municipales correspondientes
a efectos de la tramitación, en su caso, del oportuno expediente,
haciendo constar el sentido de voto de las personas participantes.
Tienen miedo a la
participación, cuando la participación no hace más que enriquecer las políticas
municipales. Hay que cuidarla, ya que la
participación no se demanda de un día para otro, se cultiva, se
riega y debe mantenerse. Para que la participación se dé hay que
saber tener en cuenta, dialogar y aceptar las diferencias y mientras
sus actuaciones vayan en sentido opuesto solamente retrocederemos. Para que la participación sea real debe ser en primer lugar
útil, debe servir para algo, debe ser tenida en cuenta. Mientras no
entiendan estas premisas tan sencillas la mayoría de las decisiones del equipo de gobierno no serán sentidas por los ciudadanos y ciudadanas.
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