El lunes pasado asistí en representación del Grupo Municipal de IU, como en otras ocasiones, al debate de la Cadena Ser de Junta de Portavoces. El tema: deuda pública y ahorro municipal.
Sobre este tema, en
primer lugar, creo que hay que dejar claro porqué ahora se habla tanto de políticas de austeridad, de reducir gastos
de las Administraciones Públicas o de apretarnos el cinturón. En verano de 2011, el anterior gobierno pactó con el
Partido Popular la reforma del artículo 135 de la Constitución, que
obliga a las administraciones a dar prioridad al pago de la deuda
frente a cualquier otro gasto público. Esa reforma se concretó
después en una Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria que ata
de pies y manos a las administraciones y afecta de lleno a los
servicios públicos que se prestan a la ciudadanía.
Desde
IU ya hemos manifestado en muchas ocasiones que la estabilidad
presupuestaria impuesta por unos pocos no puede estar por delante de
las necesidades de la ciudadanía, y está ocurriendo de la mano de
recortes de todos los servicios públicos en el ámbito estatal,
autonómico y también local. Nos dicen que hemos vivido por encima
de nuestras posibilidades, pero no es cierto. ¿Tener un servicio de
teleasistencia para personas dependientes es vivir por encima de
nuestras posibilidades? ¿Llevar a nuestros hijos e hijas a escuelas
infantiles públicas es vivir por encima de nuestras posibilidades?
Estos
servicios prestados por los Ayuntamientos se están viendo
resentidos, cuando solamente el 16% de la deuda española es
pública. De esa deuda una pequeñísima parte corresponde a los
Ayuntamientos, entre todos 35.000 millones de deuda. Una sexta parte
de eso, le corresponde a Madrid.
Las
últimas declaraciones del equipo de gobierno del Ayuntamiento de
Valladolid se han centrado en presumir
de todo el ahorro que el Ayuntamiento está llevando a cabo (+ de 6
millones en 2012), luego veremos a costa de qué. Pero de lo que no
se habla es de dónde viene esa deuda. Por ejemplo, el 31 de
diciembre de 2010, según reza el informe económico-financiero de
2012, se contrajo una deuda de casi 70 millones de euros con Caja
España, Duero, y BBVA, justo 6 meses antes de las elecciones
municipales, una buena parte de la deuda viva que ahora estamos
pagando a escote. Por tanto, los
vigentes presupuestos están marcados por el pago de 27 millones de
euros durante 2013: es decir, más de un euro de cada diez del
presupuesto se destinará a pagar un endeudamiento que en buena parte
procede de las inauguraciones de precampaña del PP como la
Cúpula del Milenio o el puente de Santa Teresa.
Se
reducen los presupuestos de Violencia de género, de Solidaridad, de
Igualdad de Oportunidades, de Infancia, el de Drogas, Inmigración y
el de Accesibilidad. A todos se les han restado cantidades que
repercuten muy poco en el conjunto del presupuesto pero hacen mucho
daño al desarrollo real de unos programas sobre los que es clara la
necesidad social. Al final en dos años, se ha
pasado de 268.580 € a 174.455 € para estos programas. Es la mitad
de una tarde de toros de uno de los años.
El
montante final del Programa de Acción Social refleja una bajada de
1.277.095 € (7´9 %) Si, además, tenemos en cuenta el aumento de
las necesidades que se cubren desde esta área, es inaceptable. Hay
que destacar de manera muy importante que el programa de Formación
para el empleo pasa de 2.045.018 € a 417.475 € (casi el 80 %).
Presumir
de ahorrar ante un panorama de recortes brutal es como si una persona
presume de guardar cada mes 600 euros en un calcetín pero no tiene
para pagar la luz o para cenar. Eso es lo que está haciendo el
equipo de gobierno: decir que ahorra con la cabeza bien alta mientras
la gente está viviendo un momento dramático.
La realidad que está viviendo el PP es muy distinta a la que viven los ciudadanos y ciudadanas. Cuando un equipo de gobierno no sabe ni siquiera identificar los problemas reales de la población a la que representa está demostrando no estar a la altura de las circunstancias.
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